Aplicar en cada paciente la medicina oficial y la alternativa a la vez no es fácil. Tan equivocado es que el médico ortodoxo se empeñe en ignorar lo natural o alternativo, como que el médico naturista mire lo ortodoxo con permanente recelo y se empeñe en tratar a todos los pacientes desde su perspectiva.
Por ejemplo un paciente con una artritis gotosa puede esperar muy poco de la medicina natural. Su tratamiento es esencialmente farmacológico.
Un paciente con una artritis reumatoide, una artritis psoriásica o una espondiloartritis es bastante más complicado. Hay pacientes en los que el tratamiento es fundamentalmente farmacológico. Intentar tratarles con medidas naturales esta directamente desencaminado o es de beneficio muy discreto. Sin embargo hay pacientes en los que el tratamiento es fundamentalmente dieta y suplementos nutricionales, en los que empeñarse en tratarles farmacológicamente produce más toxicidad que beneficio. Y hay pacientes, no pocos, que necesitan una combinación de los dos tipos de tratamiento.
La fibromialgia y la fatiga crónica son también muy complicadas. El paciente típico con fibromialgia y fatiga crónica puede esperar muy poco de la medicina ortodoxa. Su recorrido habitual es una sucesión de especialistas, de pruebas, de “no le encuentro nada”, y de medicamentos analgésicos y psicofarmacológicos de poca utilidad y con efectos secundarios. Una parte importante de estos pacientes, solo una parte, mejora mucho con el tratamiento basado en ideas no oficiales. Pero hay pacientes que tienen problemas médicos que no han sido detectados por las pruebas previas realizadas, en los que empeñarse en tratarlos por ejemplo con dieta y probióticos no funciona. Como en la artritis, hay pacientes que mejoran con una combinación de la medicina oficial y de estrategias alternativas.
Por supuesto también hay pacientes en los que no llego a entender el porqué, y a los que no consigo ayudar.